Desde Mandragora Tattoo & Piercing hemos decidido recuperar este artículo debido a que la cantidad de gente que acude al estudio con problemas derivados de perforaciones hechas con pistola es alarmante. Este tipo de perforaciones no están bien vistas por los anilladores, si quieres saber los motivos, te lo recordamos brevemente.
Para empezar, comentar que las pistolas perforadoras a día de hoy están prohibidas y nunca han estado preparadas para perforar otra cosa que no sean lóbulos. De hecho originariamente fueron creadas para marcar el ganado.
El riesgo de infección es alto. Hay que tener en cuenta que las pistolas no se pueden esterilizar ya que tienen componentes de plástico y no soportan el calor generado en una autoclave.
La perforación con pistola es estándar y no todos tenemos el lóbulo de la oreja del mismo tamaño y forma. Por lo tanto, es una perforación que carece de precisión comparándola con una aguja, que junto a la pericia y precaución del profesional hacen que el procedimiento manual se adecúe a cada persona.
La pistola coloca el pendiente a la fuerza llevándose con el pendiente el tejido o el cartílago, lo que es una forma poco cuidadosa y muy abrupta de hacer el agujero.
La calidad de los pendientes es mala. Si vas a hacerte un piercing por primera vez, debes buscar el tipo de pendiente adecuado y de buena calidad. Lo ideal para utilizar como primera puesta es joyería de acero quirúrgico 316L o titanio. Todo ello previamente esterilizado mediante autoclave.
Lo barato sale caro. Si bien el costo de hacerte un piercing con pistola es menor, no solo puedes terminar descontento con el resultado, sino que además las posibilidades de sufrir irritaciones, infecciones, o problemas de cicatrización son elevadas.
Bien, ahora que conoces los riesgos de hacerte un piercing con pistola, tú decides.